La inflación es algo que afecta a todas las personas del mundo y en la mayoría de los casos no entendemos completamente. Sin embargo, la inflación no solo afecta directamente a nuestros bolsillos, también tiene repercusiones en negocios, inversiones y sobre todo, en el costo de los créditos. Te contamos todo lo que necesitas saber para tomar medidas y proteger, en medida de lo posible, tu dinero.
La inflación es un término que escuchamos a menudo en las noticias, pero ¿qué significa realmente? En pocas palabras, la inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía a lo largo del tiempo. Este fenómeno económico afecta a todos, desde consumidores hasta gobiernos y puede suceder a nivel local solamente o a nivel mundial.
“Todo está más caro”, “Cada vez cuesta más hacer la despensa y comprando menos”, “Cada inicio de año, todo sube de precio”. Seguramente te ha tocado escuchar estas frases, donde la percepción de muchas personas empieza a ser que todo se encarece. ¡Puede ser señal de inflación! Pues con la inflación el poder adquisitivo del mismo dinero no es el mismo a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, si hace un año una canasta básica costaba $500 MXN, y hoy cuesta $550 MXN, la inflación ha hecho que los precios suban, disminuyendo el poder adquisitivo de las personas. En otras palabras, tu dinero ya no compra lo mismo que antes. ¿Te acuerdas cuánto costaba tu botana favorita cuando eras niño? ¿O cuántos dulces podías comprar con $10 hace 10 años?
Para calcular la inflación hay algunos indicadores, uno de los más utilizados para medir la inflación es el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este índice compara el costo de una canasta básica de bienes y servicios en un período determinado con el costo de la misma canasta en un período anterior.
Existen diferentes tipos de inflación, cada uno con características y causas particulares. Algunos de los más comunes son:
México, como muchos otros países, ha experimentado períodos de inflación en los últimos 10 años. Como podemos ver en la Calculadora de inflación del INEGI, la inflación respecto a 2014, es decir hace 10 años, es de 59.94%. Así que si tienes la impresión de que ahora tu dinero vale menos, es porque en efecto, su poder adquisitivo ha disminuido debido a la inflación.
Es importante destacar que la inflación puede variar según la categoría de bienes. Por ejemplo, los precios de los alimentos y energéticos tienden a ser más volátiles, lo que impacta más directamente a las familias mexicanas de bajos ingresos, quienes dedican una mayor proporción de su salario a estos bienes.
Lo más importante de la inflación es saber sus consecuencias y cómo puede impactar en nuestras finanzas. Si bien es cierto que la primera consecuencia se ve reflejada en nuestro bolsillo, también nos puede afectar en nuestras inversiones, préstamos y créditos. ¿Cómo sucede esto? Te lo explicamos.
El impacto más obvio de la inflación es la reducción del poder adquisitivo. Como los precios de productos y servicios suben, cada peso que tienes en el banco pierde su valor con el tiempo. Si no ajustas tus ingresos o inversiones, podrías estar perdiendo dinero sin siquiera darte cuenta.
Si tienes tus ahorros en cuentas que no generan rendimientos mayores o iguales a la inflación o en una alcancía, el valor real de tus ahorros está disminuyendo. A lo largo del tiempo, incluso si el saldo parece mantenerse estable, el poder adquisitivo de ese dinero disminuye debido a los precios más altos.
Durante periodos de alta inflación, los bancos centrales suelen aumentar las tasas de interés para intentar controlar el aumento de precios.
¿Cómo nos afecta?
Cuando adquieres un crédito aceptas sus condiciones, sobre todo la manera en la que se van a calcular los intereses. Una de ellas puede ser la tasa de interés interbancaria, también conocida como TIIE. Esta tasa de interés se utiliza como referencia para productos financieros como lo son las tarjetas de crédito.
De manera que, en tiempos de inflación y con un aumento de la TIIE, deber dinero a tu tarjeta de crédito puede ser problemático. Por ejemplo, si antes tu tarjeta tenía una tasa de 50%, en tiempos de inflación puede ser que el emisor de la tarjeta suba la tasa a 60% o 65%. Eso significa de 10% a 15% más de lo que te hubiera costado antes.
A mayor cantidad de intereses, más dinero tendrás que pagarle al banco y más difícil será salir de la deuda. Esto puede ocasionar un problema de salud financiera irreversible. Es por eso que se deben contemplar otras soluciones a la deuda de tarjetas de crédito, que faciliten el pago de la deuda con tasas de interés más competitivas y fijas.
En un entorno de alta inflación, las personas suelen posponer decisiones de gasto importantes, especialmente en bienes duraderos como autos o electrodomésticos, ya que los precios son más altos y las expectativas sobre su futuro son inciertas.
Existen estrategias y algunas medidas financieras que puedes tomar en tiempos de inflación para protegerte un poco de sus efectos:
Durante tiempos de inflación el dinero en el banco está sujeto a perder valor, y aún más si guardas dinero bajo el colchón.
¿Qué podemos hacer entonces?
Invertir en activos que históricamente han superado la inflación. Estos pueden incluir inversiones en CETES, cuentas de ahorro, pagarés bancarios o bienes raíces. La clave es que el rendimiento de tus inversiones sea mayor que la tasa de inflación.
Si ya tienes un crédito, asegúrate de que sea a tasa fija. Esto te protegerá contra los aumentos de las tasas de interés que suelen acompañar a la inflación. Si tienes deuda a tasa variable como una tarjeta de crédito, evalúa la posibilidad de refinanciar a una tasa fija ahora que las tasas aún no han alcanzado sus máximos históricos.
Evitar endeudarte y perder el control en tiempos e inflación es vital para no cargar con las consecuencias a futuro. Adminístrate, ten siempre a la vista lo que gastas en cada tarjeta para mantener bajo control tus fechas. Y si necesitas ayuda extra, Digitt te echa la mano.
Si tienes la posibilidad, adelanta compras importantes antes de que los precios sigan subiendo. Esto es especialmente útil en artículos que no se deprecian rápidamente o que puedas necesitar a mediano plazo, como alimentos no perecederos, electrodomésticos o incluso productos de limpieza.
No pongas todo tu dinero en un solo tipo de inversión. Diversificar en activos como fondos de inversión, criptomonedas o productos internacionales puede ayudarte a equilibrar el riesgo inflacionario, ya que algunas economías podrían no verse tan afectadas como la mexicana.
Es fácil perder de vista el impacto de la inflación si no revisas tus finanzas con frecuencia. Realiza ajustes periódicos a tu presupuesto para asegurarte de que no estás gastando más de lo que deberías, y busca alternativas más económicas para ciertos productos o servicios que se hayan encarecido.
Sí y no. Realmente no puedes protegerte de la inflación al momento de adquirir artículos o servicios, sobre todo si aumenta su costo de producción. Lo que sí puedes hacer para proteger de la inflación a tu dinero es invertir.
Por ejemplo, si hace 10 años hubieras ahorrado un millón de pesos simplemente en una cuenta bancaria sin rendimiento, en la actualidad ese mismo millón podría comprar menos de lo que podría en 2014. ¿Esto quiere decir que es mejor gastarlo? ¡No!
La solución para proteger tus ahorros de la inflación es invertirlos, ya sea en una cuenta de ahorro, en CETES o en cualquier otra herramienta que te de un rendimiento anual que supere la inflación, de este modo puedes tomarle un poco de ventaja y que a lo largo del tiempo tengas el mismo poder adquisitivo. ¡Empieza hoy! No es necesario que esperes a ahorrar mucho dinero, actualmente hay herramientas de inversión para todos los gustos y necesidades-
Pero recuerda que es vital tener claro que hay un orden: primero pagar deudas, luego ahorrar y finalmente invertir. Porque así como los rendimientos crecen, los intereses de una deuda también pueden hacerlo. Así que liquida todas tus deudas lo más pronto posible, nosotros te ayudamos con la de tu tarjeta de crédito. En Digitt puedes refinanciar o consolidar la deuda de hasta 5 tarjetas de crédito, con un plan de pagos personalizado y una tasa de interés menor a la de tu banco. ¡Compruébalo!
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