Hoy en día es probable que conozcas a alguna persona que está empezando un negocio o que tú seas ese emprendedor. ¿Cierto? Esto también significa que seguramente has escuchado sobre algún negocio que quebró al poco tiempo de empezar. La mayoría de las veces esto no ocurre por falta de innovación, sino por haberse topado con errores financieros que se suelen ignorar.
Emprender no solamente es bastante retador, desde pensar en un producto o servicio excepcional hasta vencer el miedo de lanzarlo al mercado, sino que además hay que ser muy buenos para administrar el dinero.
Tal vez estés pensando “No sé ni cómo administrar mi propio dinero ¿cómo esperan que sea un experto en finanzas?”. La respuesta: no tienes que serlo. O al menos no al inicio.
El reto de emprender, lidiar con clientes, desarrollar tu negocio, establecer un equipo de trabajo, etc… no es excusa para descuidar las finanzas del mismo. Además, no necesitas ser un experto para evitar los errores financieros más básicos.
La verdad es que podemos aprender bastante de este tema en cursos, libros, podcasts, etc. Por ejemplo, un artículo de Forbes menciona 13 errores financieros, mientras que en algunas publicaciones encontrarás más de 20. Pero no te agobies, en éste artículo empezamos por lo básico.
Comencemos con un error que podrá parecer absurdo pero que tiene el potencial de acortar la vida de tu negocio de forma drástica. Muchas personas deciden tomar el reto de emprender porque no tienen duda alguna de que su idea no sólo será bien recibida sino que tendrá una enorme demanda.
Es fácil dejarse llevar por estas expectativas pero, incluso si todo apunta a que habrá un buen flujo de ingresos, existe una enorme diferencia entre tener el dinero y esperar a que éste llegue. Así que ten cuidado. Toma en cuenta los hechos y no las expectativas al momento de tomar decisiones en tu nuevo negocio.
Tip: Necesitas hacer una proyección financiera que te ayude a aterrizar tus ideas y evaluar su rentabilidad.
Puede que tus expectativas sean mucho más realistas pero eso no significa que debas dejarlas al aire. Para poder proyectar las finanzas de tu negocio es esencial que lleves un registro detallado de todos los recursos que necesitas para operar y definir cuánto te cuesta cada uno.
Si pones cada gasto en una balanza donde evalúes el costo versus el beneficio sabrás hacia dónde debes dirigir el flujo de los ingresos. Cuando no llevas un registro no hay manera de identificar los agujeros por donde se escapa el dinero.
Tip: Hacer un presupuesto no es tan complicado, pero tal vez sea bueno que empieces a practicar con un presupuesto personal.
Si bien recibir una inversión es excelente para impulsar tu negocio hay que recordar que no es la solución a todos los problemas. Hemos glorificado tanto la idea de levantar capital que la mayoría emprende creyendo que sin inversión no hay negocio.
Cuando definas tu modelo de negocios, recuerda que la meta es tener una empresa rentable. Si crees que tu empresa tendrá que depender de frecuentes inyecciones de dinero para sobrevivir, será mejor que lo reconsideres.
Tip: Recuerda el consejo de la abuela: “No pongas todos los huevos en una canasta”
Mezclar tus finanzas personales con las de tu emprendimiento es una receta para el estrés. Es importante que prestes mucha atención a esto porque de aquí surgen varios errores financieros. La mejor forma de evitar problemas es asignarte un sueldo fijo, de otra manera puedes caer en los extremos:
Tip: Tampoco exageres, asígnate un sueldo coherente sin “ahorrar” en recursos esenciales. Por eso es tan importante que identifiques y diseñes un presupuesto justo que vaya de acuerdo con el crecimiento de la empresa.
No es aconsejable sembrar un negocio con deudas. Hay negocios que no recurren a los inversionistas y van directo al banco, o emprendedores que, por alguna de las situaciones anteriores, recurren al “tarjetazo”.
Algunos justifican estas decisiones pensando que los motivará a avanzar pero sólo están abriendo las puertas a una posible crisis. Por lo tanto, es imprescindible que liquides tus deudas antes de que acaben con tu negocio. Si eso te resulta complicado o intimidante recuerda que puedes contar con Digitt para refinanciar tu deuda de tarjeta de crédito y recuperar esa paz mental que necesitas para seguir adelante.
Tip: El crédito como tal no es malo pero, al igual que la mayoría de estos errores financieros, el problema está en dejar las decisiones al aire y permitir que las consecuencias se acumulen.
Ahora que sabes cuáles errores financieros son el cliché de los emprendedores puedes evitarlos tomando decisiones conscientes:
Sin duda aparecerán más retos conforme tu negocio vaya creciendo pero si tus finanzas comienzan con una base sólida no tendrás que renunciar a tu sueño ni volver a empezar desde cero.
Regístrate y recibe en tu correo toda la información para mejorar tu vida financiera.