¿Has escuchado hablar del fast fashion o moda rápida? Esta tendencia de producción puede estar afectando no solo el ambiente, sino hasta tu cartera. En este artículo te platicamos un poco sobre el tema para que evites problemas financieros por comprar ropa en tu tarjeta de crédito.
Cuando hablamos de fast fashion nos referimos a toda esa ropa y accesorios “baratos” que encontramos en tiendas o en línea que están diseñados para ser usados mientras “estén de moda”, lo cual no es mucho tiempo. Este tipo de enfoque ha impulsado el éxito de tiendas en línea como Shein, que tiene miles de modelos nuevos a diario a precios bajos.
La idea detrás de esta estrategia del mundo de la moda es sacar tendencias y estilos nuevos a una velocidad impresionante para que los consumidores los compren mientras el estilo sea súper popular.
Antes la moda funcionaba por temporadas y seguro te suena “temporadas primavera-verano”, sin embargo hoy en día la industria de la moda crea de 6 a 8 temporadas generales cada año. Es decir que lo que está de moda hoy, pasará a la historia mucho antes de que llegue Navidad.
Que ahora existan muchas micro temporadas en la moda, quiere decir que no están pensadas para usarse durante mucho tiempo y esto afecta más de lo que te imaginas. Los materiales con los que se fabrican son de menor calidad, ya que solo debe satisfacer un ciclo corto de venta y de uso por la gran rotación de tendencias en el fast fashion.
¿Y a mí cómo me afecta? Bueno, esto afecta mucho la calidad de las prendas que puedas encontrar. Por ejemplo, si buscas renovar un par de zapatos que usas constantemente y planeas usarlos durante un buen tiempo, será muy complicado que llegues a hacerlo. Ya que su fabricación y materiales están pensados para durar poco, así que tendrás que comprar unos nuevos mucho antes de lo que quisieras.
Seguramente has escuchado la frase "lo barato sale caro”, cuando hablamos de fast fashion aplica muy bien. Definitivamente podríamos decir que el fast fashion es un enemigo de tu bolsillo, ya que te hará gastar más frecuentemente en artículos que no durarán suficiente tiempo para desquitar lo gastado, incluso si no cuestan demasiado.
Imagina que compras una camisa en $120, pero a la tercera vez que la usas se le caen un par de botones, o con la segunda lavada ya se ve desgastada y con eso decides no usarla más. ¡Eso quiere decir que cada puesta te costó $40!
$40 pesos no suena mucho, pero si sacas la relación del costo de cada prenda que comprada en tiendas como Shein, H&M, Bershka, etc. entre las veces que les pudiste sacar provecho, seguramente te sorprenderás.
Aún si llevas un presupuesto organizado en el que destinas dinero a la categoría de ropa de vez en cuando, te darás cuenta que si gastas en prendas de poca calidad, terminas gastando mucho más que comprando prendas de mejor calidad y precio.
No está de más recordarte que caer en deudas al comprar ropa no es una buena opción, ya que durará más tiempo tu deuda, que las prendas.
Además se suman otros factores, como las ventas especiales y promociones que hacen todavía más atractivo el bajo precio del fast fashion.
El fast fashion está diseñado para que quieras gastar cada vez más sin que parezca que estás gastando, de ese modo no te darás cuenta ni te sentirás culpable. Las plataformas de venta masiva de este tipo de prendas son expertas en hacer estrategias y promociones para que creas que “entre más compres, más ahorras” y tienen programas de puntos, juegos y recompensas por invitar más gente. ¡No caigas! Esto juega con tu mente para que tu experiencia sea placentera y dejes en segundo plano analizar qué es lo que estás comprando y si vale la pena.
Todo se complica más si esto termina contigo dando un tarjetazo, excediendo tu presupuesto y cayendo en un importante gasto hormiga… o no tan hormiga con el paso del tiempo.
Cuando recibes tu paquete, a veces bastan unos segundos para que notes la deficiente calidad de las telas y acabados, pero seguramente terminarás usándolas un par de veces… o lo que su calidad te permita hasta que el ciclo se vuelva a repetir.
Muchas veces este ciclo continúa aún antes de eso, debido a todos los ganchos que utilizan para atraer tu atención, incluso haciéndote llegar notificaciones de ofertas diarias.
Sabemos que para muchas personas es fast fashion es la única opción accesible para su bolsillo, sin embargo siempre será más recomendable comprar prendas de calidad que puedas usar durante mucho tiempo, y que además eso las hace más amigables con el ambiente y por supuesto con tus finanzas.
¡Tranqui! La intención de este artículo no es regañarte ni sugerirte que vistas solo con jeans y playeras del mismo color como hacen muchos millonarios. Queremos que tomes consciencia de tus compras, para que puedas tener mejores finanzas, por eso te damos algunos consejos.
Recuerda que al alejarte del fast fashion no sólo beneficia tus finanzas sino también al ambiente, ya que dejas de financiar la segunda industria más contaminante del planeta y que además es éticamente cuestionable por malas prácticas hacia sus trabajadores.
Si quieres saber más sobre el impacto que este tipo de consumo está dejando en el planeta, te recomendamos este artículo de Sustain Your Life; titulado El lado oscuro de la industria de la moda.
Y si ya caíste en este círculo vicioso y se volvió un problema para tus finanzas, acércate a Digitt. ¡Podemos ayudarte a salir de la deuda de tarjeta de crédito!
Regístrate y recibe en tu correo toda la información para mejorar tu vida financiera.