El dinero es uno de los inventos más notables en la historia de la humanidad. Volvió fácil, eficiente y universal el adquirir e intercambiar bienes.
Antes de que existiera, las personas utilizaban el método del trueque. Ofrecían principalmente ganado o granos a cambio de otros bienes. ¿No suena tan fácil, verdad?
Probablemente una vaca o un kilo de maíz tenía un valor distinto para cada persona y por esta razón este mecanismo no era del todo eficiente.
Entonces vino la invención del dinero que, entre muchas otras, ofrecía dos ventajas principales.
La primera de ellas es que al ser una representación de valor, se vuelve un bien universal. Es decir, el valor de cierta cantidad de alguna moneda se vuelve objetivo y es el mismo para todos.
La segunda gran ventaja del dinero proviene de que es un bien común. Lo que quiere decir que puede ser utilizado por todos y con prácticamente cualquier fin.
Estas características convierten el dinero en uno de los grandes inventos de la humanidad, que definitivamente ha contribuido a formar la sociedad como la conocemos hoy. Sin embargo, son esas mismas características que lo vuelven tan útil, las que añaden una enorme complejidad a nuestras decisiones, cuando de dinero se tratan.
Que tengamos la posibilidad de intercambiar dinero por prácticamente cualquier bien, no significa que podemos utilizarlo para todo. Sé que suena extraño y obvio, pero la realidad es que cuando utilizamos dinero, todo el tiempo tomamos decisiones y hacemos sacrificios. Cada cosa que compramos, representa otra que no podremos comprar utilizando ese mismo dinero, hoy o en el futuro.
Es decir, cada compra, cada ocasión que usamos dinero, viene acompañada de un costo de oportunidad.
Esta idea, la del costo de oportunidad asociado al uso del dinero, es la idea más poderosa que debemos considerar para mejorar nuestras finanzas personales. El ignorar los costos de oportunidad es el error más grave que cometemos al tomar decisiones financieras.
El problema está en que para nuestro cerebro es muy complicado considerar los costos de oportunidad y todas las alternativas que tenemos. Para demostrar este punto, Dan Ariely, uno de los Economistas del Comportamiento más destacados, realizó un estudio en una agencia de autos Toyota.
A las personas que estaban a punto de comprar un auto, se les preguntaba qué otros productos o servicios no podrían comprar como consecuencia de comprar el automóvil. La mayoría de las personas simplemente respondían que no podrían comprar un Honda o cualquier otra sustitución similar. Prácticamente nadie respondió que no podría ir de viaje, salir más seguido a cenar a restaurantes durante los próximos años o que tendrían que retrasar la maestría que estaban considerando estudiar.
El dinero vuelve nuestras decisiones tan abstractas que, al gastar nuestro dinero, lo único que viene a nuestra mente es el bien que estamos comprando en ese momento.
Es prácticamente imposible para nuestro cerebro considerar el resto de las alternativas disponibles.
Entiendo que será complicado vivir considerando los costos de oportunidad cada vez que gastamos nuestro dinero. Sin embargo, lo que hoy quiero recomendarte es que consideres las alternativas al menos para tus compras más importantes.
Por ejemplo, este Buen Fin, antes de apresurarte a gastar montos elevados, considera lo que ya no podrás comprar como consecuencia de hacerlo. Incluso si pagas a meses sin intereses, considera aquello en lo que no podrás utilizar tu dinero cada mes que tendrás que hacer el pago.
Otra situación en la que se vuelve especialmente relevante considerar los costos de oportunidad es cuando utilizas tu tarjeta de crédito. Cada compra que haces con tu tarjeta de crédito es simplemente dinero que te estás pidiendo prestado a tí mismo en el futuro. Toma en cuenta aquellas cosas importantes en las que no podrás utilizar tu dinero el próximo mes, porque tendrás que utilizar tu dinero para pagar todos los gastos que hiciste con tu tarjeta.
Antes de gastar tu dinero, date un segundo para pensar si hay algo más importante para tí en lo que podrías utilizarlo. Ese segundo tendrá un impacto enorme en tus finanzas personales. Tu cartera te lo agradecerá.
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