La inflación es algo que afecta a todas las personas del mundo y en la mayoría de los casos no entendemos completamente este fenómeno. Sin embargo, la inflación no solo afecta directamente a nuestros bolsillos, sino que también tiene repercusiones en negocios, inversiones y sobre todo créditos y préstamos.
Si te has preguntando constantemente ¿qué es la inflación y cómo nos afecta? No te preocupes más. En este artículo te explicaremos de la manera más sencilla posible todo lo que tienes que saber para comprender este fenómeno. También te daremos consejos sobre cómo llevar una buena salud financiera bajo estas circunstancias. ¡Acompáñanos!
La inflación es un fenómeno económico donde, en pocas palabras, hay un aumento de los precios de los bienes y servicios. Es decir, la mayor parte de los productos que se venden al mercado sufren de un incremento constante de su precio. Cabe resaltar que este fenómeno puede ser, tanto de escala local, como de escala global.
Como la inflación aumenta los precios de los bienes y servicios, el poder adquisitivo de una persona se reduce significativamente. Un ejemplo muy claro es el gasto que se hace en el abastecimiento de alimentos.
Seguramente has notado que “ya no te alcanza para hacer el super como antes”. Esa, aunque no lo creas, es una señal de inflación.
Existen además, diferentes tipos de inflación. Los ejemplos más sencillos son la inflación controlada, la inflación moderada y la inflación alta. Cada una de estas representa que tan severa es. Idealmente un país aspira a no tener inflación o, en su determinado caso, tener una inflación controlada.
Hay muchas causas por las cuáles se desata la inflación. Muchas de ellas pueden ser producto de situaciones que están fuera del control de los países. Crisis financieras, escasez de productos, guerras, por decir algunos ejemplos. Sin embargo, existen cuatro causas principales que vale la pena tener en mente.
Por aumento de la base monetaria nos referimos a la expedición de más billetes y monedas. Es decir, a la cantidad de dinero que hay en un país. Por ejemplo, supongamos que un país tiene 100 millones de billetes circulando en su economía y un día decide duplicar esa cantidad. ¿Qué sucedería? ¿No se haría más rico el país?
La respuesta es no. Lo único que pasaría es que el valor de la moneda caería estrepitosamente. Esto sucede porque al haber más dinero, habría mayor deseo de gastarlo, por lo que los precios de los productos y servicios solo se incrementarían más. A largo plazo, el dinero “inflado” hará que la moneda pierda valor con respecto a otras monedas.
Esta causa está directamente relacionada con la ley de la oferta y la demanda. Recuerda que a mayor oferta de un producto, menor será su precio. Asimismo, a mayor demanda de un producto mayor será su precio. Y esto es muy normal, imagina que solamente hay un teléfono en venta y veinte usuarios que quieren comprarlo. Naturalmente su precio subirá.
Ahora imagina que esto sucede a mayor escala y la demanda de los bienes y servicios está por encima de su capacidad de producción. Al no poder satisfacer la demanda de este producto se vende a un precio mucho mayor. Esto aplica para cualquier producto, desde automóviles, casas, dispositivos digitales, alimentos y más.
Ahora bien, ¿por qué suben los precios si no hay un problema de producción? Los precios de bienes y servicios pueden subir por un incremento en los precios de las materias primas. Por ejemplo, para hacer camisas un productor necesita tela. Supongamos que de un día a otro el algodón sube de precio pero el productor de camisas no quiere perder su ganancia.
En este caso, si el productor no quiere perder dinero necesitará incrementar el precio de su camisa para contrarrestar ese aumento en su producción. Ahora imagina lo que sucede cuando recursos como el petróleo suben mucho de precio. Casi todos los productos harán lo mismo porque el petróleo se utiliza para casi todo.
Este tipo de inflación sucede cuando se prevé que una materia prima, producto o servicio subirá considerablemente de precio. Para que el aumento no sea radical, se incrementa el precio de ese producto o servicio de manera gradual. Así se asegura que la población siga accediendo a este producto y no se espante con un aumento inesperado.
Por ejemplo, supongamos que se prevé que la leche subirá de precio por una crisis de vacas en el país. Se estima que en un año la leche costará un 30% más. En este caso, se puede aumentar el precio de la leche en un 2.5% mensualmente para que la población siga accediendo al producto. De esta manera, cuando pasa el año, el usuario ya ha realizado ajustes financieros para seguir comprando el producto.
Ahora bien, lo más importante de la inflación es saber sus consecuencias y cómo pueden impactarnos en nuestras finanzas. Si bien es cierto que la primera consecuencia se ve reflejada en nuestro bolsillo, también nos puede afectar en nuestras inversiones, préstamos y créditos. ¿Cómo sucede esto? Te lo explicamos.
Así como los usuarios sufren los efectos de la inflación en sus bolsillos, el Estado también. Una manera de protegerse contra la inflación es subiendo las tasas de interés básico. Esta es una medida que puede tomar un país ya que este interés es cargado por el Estado mismo. Además se ve reflejado en todas sus relaciones, activas o pasivas.
Es decir, el banco central del Estado fija un porcentaje base para el sector financiero que determina el precio del crédito en ese país. Por si no lo sabías, los bancos particulares también piden prestado y generalmente lo hacen al banco central. De esta manera si el interés básico aumenta, el interés que fije el banco privado también lo hará.
¿Cómo nos afecta? Primero que nada, si el interés básico aumenta, será más difícil obtener créditos y préstamos, sobre todo de automóviles e hipotecarios de los bancos. En caso de obtener estos créditos, los intereses serán mayores y te costará más dinero pagarlos.
Cuando adquieres un crédito aceptas las condiciones de este, sobre todo la manera en la que se van a calcular los intereses. Una de ellas es la tasa de interés interbancaria, también conocida como TIIE. Esta tasa de interés se utiliza como referencia para productos financieros como lo son las tarjetas de crédito.
La TIIE no es más que un porcentaje representativo del cobro por las operaciones crediticias. Por más difícil que parezca de creer, los bancos no solo prestan dinero a los usuarios, sino que también lo hacen entre ellos. Esta tasa es la que pagan los bancos cuando sucede lo anterior. ¿Pero cómo nos afecta?
Al haber un aumento en esta tasa de interés, los productos financieros como las tarjetas de crédito también se ven afectados. Por ejemplo, la tasa de interés de tu crédito personal puede ser mayor de lo que estabas esperando. De manera que, en tiempos de inflación y con un aumento del TIIE, sacar una nueva tarjeta de crédito puede ser una idea no tan buena.
Como lo mencionamos anteriormente, al existir un aumento en las tasas de interés interbancarias de equilibrio, las tasas de interés de las tarjetas de crédito se ven afectadas. Recuerda que en tiempos de inflación nadie quiere perder dinero y los bancos menos. Para contrarrestar ese aumento, incrementarán sus propias tasas de interés.
Esto aplica a préstamos personales y a tarjetas de créditos que son de carácter revolvente. Si quieres saber más de cómo funciona este tipo de crédito, puedes leer este artículo. Al haber un aumento en las tasas de interés de tarjetas de crédito el primer afectado es el acreedor al crédito. Nadie quiere pagar más intereses ¿estás de acuerdo?
¿Cómo nos afecta? Principalmente en la cantidad de dinero que le estaremos pagando al banco. Por ejemplo, si antes un banco tenía una tasa de 35% por un préstamo a cinco años, en tiempos de inflación puede ser del 40% o 45%. Eso significa de 10% a 15% más de lo que te hubiera costado antes.
Con un incremento en las tasas de tarjetas de crédito, también existe una mayor probabilidad de deuda en caso de presentar atrasos de pago. Como bien sabes, no pagar nuestra tarjeta de crédito nos genera intereses. Las tarjetas de crédito tienen, en su mayoría, intereses variables y mixtos. Es decir, que se fijan según la oferta del mercado de dinero.
Si por alguna razón un usuario se encuentra en deuda y debido a la inflación el TIIE aumenta, entonces los intereses variables de su tarjeta también lo harán.
A mayor cantidad de intereses, mayor dinero tendrá que pagarle al banco y más difícil le resultará salir de dicha deuda. Esto puede ocasionar un problema de salud financiera irreversible.
Una consecuencia de la inflación es el incremento de la necesidad de los usuarios endeudados de refinanciar sus deudas. Al no poder liquidar las deudas, la opción de negociar directamente con la institución financiera o encontrar un tercero para hacerlo es una salida inmediata del problema.
Ojo, negociar directamente una quita y refinanciar la deuda con un tercero es algo diferente. Es cierto que puedes negociar una quita con la institución financiera para reducir el monto de tu deuda. Sin embargo, esto puede causar un reporte negativo en el buró de crédito y afectará tu score.
Renegociar la deuda con un tercero es otra opción, además puede resultar benéfica para ti. Por ejemplo, en Digitt podemos refinanciar tu deuda con una tasa de interés menor a la del banco y sobre todo, con un interés fijo. Es decir, este no se verá afectado como con los intereses variables. Si quieres saber cómo hacer esto, puedes visitar nuestra página web.
¿Qué podemos hacer entonces en tiempos de inflación? No te preocupes, no todo son malas noticias, existen estrategias y hábitos financieros que podemos implementar para contrarrestar la inflación.
Recuerda que estas son nuestras recomendaciones, pero también pueden haber muchas más que te funcionen.
Pedir préstamos no está mal, simplemente hay que saber cuándo pedirlos y bajo qué condiciones nos los otorgan. Como lo explicamos anteriormente, las tasas de interés pueden ser más altas durante la inflación y si quieres invertir tu dinero de mejor manera, solicitar un crédito o un préstamo con tasas elevadas no te ayudará mucho que digamos.
Si necesitas ese préstamo para operar tu negocio o iniciar uno, investiga bien las condiciones de éste. También puedes liquidarlo más rápido si es que la institución financiera te lo permite. Lo más importante es que evites pagar intereses altos que mermen tus ingresos y tu capacidad de pago.
Este es un consejo para quienes son ahorradores. Durante tiempos de inflación el dinero en el banco está sujeto a perder valor. Así es, como lo vimos anteriormente, la inflación hace que la moneda pierda valor, entonces ¿qué pasa con todo el dinero que tenemos ahorrado en el banco? También perderá valor. Lo que hace un año compraba una cierta cantidad de productos, al siguiente podría comprar menos.
¿Qué podemos hacer entonces? Invertir. Si invertimos en monedas de mercados que no estén en inflación o incluso en equipo o negocios, nuestro dinero valdrá más. ¿Por qué? Porque no es dinero, es algo tangible que puede generar ingresos. Lo sabemos, es un poco confuso pero imagina el siguiente escenario.
Tienes 50,000 MXN ahorrados y en este momento te alcanza para poner un “food truck”. Si inviertes en ese momento podrás empezar a operar un negocio y recuperar eventualmente la inversión. Pero si esperas un año, poner ese mismo “food truck” podría costarte 70,000 MXN, lo que ya conlleva una pérdida. ¿Nos explicamos?
Bajo la misma lógica, anticipar las compras puede ahorrarte dinero. Muy sencillo, si compras algo antes de que suba su precio te verás beneficiado. Si manejas un negocio o realizas compras constantemente, esto puede ayudarte. Sabemos que esto está sujeto a la liquidez que uno pueda tener, pero si podemos costearlo, hay que hacerlo.
Por ejemplo, supongamos que tienes un estudio fotográfico y estás comprando luces muy seguido. Puedes aprovechar y comprar el equivalente a un año de luces, de esta manera, las habrás adquirido a un precio menor del que será en un año. Puede resultar obvio, pero esta es una gran estrategia.
Parte de una buena salud financiera es no caer en deudas, sobre todo de tarjetas de crédito. Esto resulta prioritario durante tiempos de inflación ya que tenemos que evitar a toda costa el pago de intereses. Como explicamos más arriba, este es uno de los problemas más severos que puedes adquirir. Ten mucho cuidado.
Te recomendamos mantener siempre tus créditos al 30% de la línea de crédito y siempre realizar el pago para no generar intereses. Ahora bien, si puedes pagar el monto total de la deuda es mucho mejor. Lo importante es tener este producto bajo control.
Por último, el paso más importante es liquidar las deudas que tengas. Aún mejor, prevenir las deudas que puedas tener. Con el fin de evitar intereses te recomendamos pagar la totalidad de estas deudas, si cuentas con el dinero perfecto. ¿Pero y si no cuentas con esa liquidez? No te preocupes, hay formas de hacerlo.
Una de ellas es refinanciar la deuda. Si te encuentras en una situación similar, nosotros te podemos ayudar. En Digitt nos encargamos de hacer justamente esto, refinanciar la deuda pero con un interés menor al del banco. De esta manera, liquidas esa deuda, y solo te dedicas a pagar la mensualidad a un interés fijo. Si quieres saber cómo hacerlo entra a nuestra página web o visita nuestras redes sociales.
Con esto llegamos al final de este artículo. Esperamos que la información que leíste te sea de mucha utilidad y que, de ahora en adelante, sepas qué hacer durante la inflación. Gracias por llegar hasta el final. ¡Nos leemos en la próxima!
Regístrate y recibe en tu correo toda la información para mejorar tu vida financiera.